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lunes, 6 de marzo de 2017

Trabajo por rincones

Hola a todos/as,

Hoy desde mi pupitre quiero hablaros de una metodología que conoceréis de sobras, pero para aquellos que no, os la presento: el trabajo por rincones o treball per racons, en catalán. Para refrescar vuestras mentes o formaros una idea de lo que significa trabajar por rincones, aquí tenéis la siguiente fotografía:

Rincón de cocina. Imagen extraída de https://ca.wikipedia.org/wiki/Treball_per_racons

En esta fotografía podemos observar un rincón de cocina ideado para alumnos de educación infantil. El modelo de aprendizaje en que se basa este tipo de trabajo es el aprendizaje por descubrimiento. Según la Universidad de Valencia, Jerome Bruner, psicólogo y pedagogo estadounidense formuló este tipo de aprendizaje en los años 60, el cual está caracterizado por permitir al alumno aprender por cuenta propia. De esta manera, el autor propone para el maestro el rol de guía, el cual va proporcionando los recursos necesarios al alumno para motivarlo y dirigirlo en su aprendizaje, de manera que al final el alumno consiga interiorizar los mecanismos y funcionalidades <<de un modo activo y constructivo>>, además de autónomo, promoviendo así la competencia "aprender a aprender".

Siguiendo esta línea, a la hora de trabajar por rincones deben priorizarse aquellas actividades donde el alumno deba buscar una solución. Este enfoque va a promover, además, un aprendizaje social (Vigostky) y significativo (Ausubel) siempre y cuando se organice de manera sistemática. 

Este tipo de metodología entraña y desarrolla los siguientes factores:


La interacción con el mundo es la clave del aprendizaje social, y en este caso los alumnos se ayudan entre ellos y aprenden de manera conjunta, promoviendo así un aprendizaje social (Vigostky), ya citado antriormente. Los alumnos trabajan, juegan e interactuan con todos sus compañeros, no solo con "sus mejores amigos" o sus compañeros habituales de mesa. Esto es debido a que todos deben pasar por cada rincón y se deben hacer grupos, los cuales son creados normalmente por el profesor de forma heterogenea para promover así trabajo cooperativo y, como ya he dicho, una socialización real con todos los miembros de la clase.

Desde la perspectiva de las implicaciones pedagógicas, necesitamos que los niños asimilen conocimientos, no que los reproduzcan (memorización mecánica). Por lo tanto, los rincones son una excelente forma de promover aprendizajes autónomos y, al ser una parte del currículum, se tiene que decidir muy bien qué se quiere trabajar a través de ellos. Cada uno debe tener un encuadre general: en qué se basa, objetivos, contenidos, actividades, material, evaluación. Respecto a esta última, es importante que para realizar una autoevaluación los alumnos tengan hojas de autoseguimiento para analizarse de manera autónoma; y la heteroevaluación: los productos acabados deben de poder comprobarse. Por ejemplo, se debe poder comprobar que cada alumno ha pasado por todos los rincones.

El profesor tiene la oportunidad de observar y analizar el comportamiento y las tareas realizadas por el alumnado desde una perspectiva indirecta y más individualizada. De esta forma, también puede intervenir siempre y cuando sea necesario y atender a al diversidad de una manera más real. Su función básica en el trabajo por rincones es, por lo tanto, ver la evolución de sus alumnos y proporcionarles soporte durante este proceso de crecimiento.

Los rincones resultan en la mayoría de casos atractivos para los alumnos, ya que normalmente se extraen de sus intereses. No solo tiene que haber actividades basadas en la habilidad escrita, si no també en juegos que entrañan aprendizajes indirectos. El factor motivación es crucial a la hora de asimilar nuevos aprendizajes, ya que el alumno se muestra predispuesto a interiorizar algo nuevo para él porque lo ve interesante, atrayente y exótico.


Los rincones están pensados para ofrecer ayuda individual, es decir, que los alumnos se apoyen entre ellos y se produzca una tutoria entre iguales. Se presentan como una investigación en la cual todos son partícipes y tienen cabida para poder llegar a un objetivo común, independientemente del punto de partida de cada uno. De esta forma, el tratamiento a la diversidad podemos llevarlo a cabo de forma progresiva e individualizada respetando los ritmos de aprendizaje de los alumnos.

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Una vez vistas las características del trabajo por rincones os preguntaréis:

Vale... pero, ¿qué necesito para comenzar a trabajar por rincones?
Aquí te hago un breve resumen de aquellos elementos clave que deberías tener en cuenta a la hora de comenzar:


 
El rol del maestro cambia con esta metodología, aunque esta transformación ya se está llevando a cabo incluso en el aula ordinaria puesto que es el modelo que deberíamos seguir hoy en día. El profesor planifica y observa los rinconces, las actividades que se harán, cómo interactúan los alumnos, y todo ello de manera pasiva, dejando margen de actuación a los alumnos y proporcionándoles autonomía. Mientras los niños se encuentren en el rincón, el profesor debe analizar y ayudarlos siempre y cuando sea necesario. De esta manera, también los irá guiando en el proceso.

 
Los rincones se organizan normalmente en el aula ordinaria o se destina una específicamente para ello. El espacio se modifica y pasa a ser un lugar de enseñanza diferente. En el caso de la escuela donde trabajo actualmente, ésta dispone de un aula exclusiva donde se encuentran los rincones organizados y diferenciados con carteles, etc. Respecto el tamaño, cada rincón debe ocupar lo que sea preciso y también debemos tener en cuenta las dimensiones del aula o la escuela. Por ejemplo, si tenemos pensado desarrollar 6 rincones, debemos considerar si podrán construirse en un solo espacio o, por el contrario, necesitaremos una sala más grande.
 
Años atrás, lo normal era dedicar 2 horas semanales al trabajo por rincones, y cada rincón debía durar apróximadamente un mes (entre 3 y 6 semanas) dependiendo del tipo de rincón y los objetivos establecidos. Hoy en día, el trabajo por rincones se está extendiendo dentro del horario escolar en muchas escuelas y, por lo tanto, se están dedicando más horas y más rincones. Todo es plantearse la necesidad de poner más o menos horas de esta metodología en tu escuela.

 
La cantidad y tipología de los rincones deben surgir de los intereses de los alumnos. Es decir, debe existir un vínculo entre aquello que los niños encuentran motivador y atrayente y el tipo de rincón que se les presenta en la medida de lo posible. Además, la selección de las actividades debe ir en sintonía con el tipo de rincón que se propone. En este caso, debemos tener en cuenta los objetivos que queremos que nuestros alumnos tengan, el tipo de evaluación que van a seguir, los contenidos a trabajar y el material que necesitaremos. Por ejemplo, no montaremos un rincón de cocina si no se van a trabajar contenidos que estén relacionados con ella (por ejemplo, vocabulario de la comida, hábitos de higiene, etc.). Por otro lado, los alumnos deben ser capaces de hacer una transferencia de conocimientos durante o después de cada rincón; es decir, deben ser capaces de explicar lo que se ha aprendido y poder aplicarlo en una situación fuera del mundo escolar.


Debe existir unas normas generales y específicas para cada rincón. Estas normas deben ser comprensibles para todo el alumnado; por lo tanto, considerarán la diversidad del aula. Según cómo se haya organizado el paso por los rincones, los alumnos irán al que quieran o habrá un orden establecido; la única condición general para desarrollar un trabajo por rincones efectivo es que todos los alumnos deberán pasar por todos los rincones. Al finalizar la sesión o el juego, los alumnos que han estado en cada rincón deben recogerlo y ordenarlo, fomentando así una serie de hábitos. A la hora de controlar el paso por los diferentes rincones, una buena idea es crear una tabla visual en la cual el profesor o los propios alumnos marquen con un bolígrafo, pegatina, etc. cada rincón que hayan completado. 

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Hasta aquí esta breve guía del trabajo por rincones. Personalmente, soy partidaria total de desarollar el trabajo por rincones en las escuelas e incluso en casa como método para promover un aprendizaje real e independiente, siempre con un soporte adulto y un proceso guiado, pero dando margen al niño de disfrutar la experiencia por sí mismo. Durante mi formación universitaria, tuve la oportunidad de crear junto a un grupo de compañeros mi propio rincón y lo centramos en las tecnologías. Los alumnos debían dar el parte meteorológico y hablar sobre noticias destacables de aquella semana o día a través del programa de ordenador Skype, ya que tenían un ordenador para ellos y otro en otra aula o lugar visible del colegio, de manera que todo el mundo que quisiera pudiera ver dichas noticias. Obviamente, estos rincones no salieron del aula universitaria, pero realmente me encantaría poder probarlo algún día con mis alumnos y ver si sería un rincón significativo o no. 

Y vosotros, 
¿qué rincones tenéis en vuestras escuelas y qué objetivos clave os habéis marcado?

Hasta aquí la entrada de hoy, espero que os sirva de ayuda por si no conociais esta metodología, hayáis pensado en vuestro pasado como alumnos, u os haya servido de inspiración para el futuro. Os espero en el Pupitre lila pronto.
 
Erica


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