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jueves, 1 de diciembre de 2016

Trabajo por Proyectos: mi visión

Actualmente me encuentro en una escuela pública de educación primaria en la cual estamos empezando a dar nuestros primeros pasos en la metodología de Trabajo por Proyectos. Concretamente, algunos de los proyectos que estoy teniendo la oportunidad de ver están centrados en los planetas o los volcanes.

Después de llevar casi 3 meses viendo cómo empezamos a dar forma a los proyectos, he tenido tiempo de plantear en mi cabeza dudas, quejas y sugerencias respecto a la manera de enfocar y realizar un proyecto. Pero antes, vayamos por partes.

Para aquellos que no sepáis qué significa Trabajar por Proyectos, esta metodología implica escoger un centro o tema de interés planteado por los propios alumnos e ir trabajando diferentes cuestiones que se quieran resolver. Por ejemplo, si los alumnos están interesados en los animales, quizá se plantean dudas como: ¿Cuántos tipos de animales existen? ¿En qué se parecen los animales a los seres humanos? y un sinfín de posibles preguntas. Lo bonito de trabajar por proyectos es que dejamos que los alumnos den rienda suelta a su imaginación y puedan amoldar el aprendizaje a su estilo y ritmo, resolviendo estas preguntas a través de la investigación y el trabajo en equipo, entre tantas otras cosas.


La pregunta es: ¿Merece la pena?

La respuesta que yo daría es: "Que el miedo a fallar no te impida probar."


Me gustaría compartir con vosotros mi visión personal sobre los pros y contras de esta metodología, los cuales he ido pensando a lo largo de mis observaciones con los proyectos que he mencionado anteriormente. En este listado no se encuentran todos mis pensamientos reales, ya que cada día surgen pequeñas reflexiones o aportaciones que no suelo anotar. Por lo tanto, citaré aquellos aspectos que han hecho más eco en mí.

Puntos fuertes:
  • Interdisciplinariedad. Los temas propuestos se trabajan sin horarios establecidos ni en asignaturas concretas. El proyecto invita a ir involucrando las diferentes áreas de conocimiento de manera sutil a la hora de tratar las diferentes cuestiones que se quieren resolver.
  • Atención a la diversidad. Cada alumno es dueño de su ritmo y estilo de aprendizaje y se fomenta  la independencia y autonomía.
  • Socialización. Los alumnos deben trabajar en diferentes agrupaciones y deben usar distintas maneras de socialización. Debates, argumentaciones, reflexiones, etc.
  • Realismo. Los alumnos se conectan a la realidad dentro de la escuela. Tratan un tema cercano a ellos y que se da dentro de su cotidianidad o en su mundo de experiencias más cercanas.
  • Motivación, atribución de significado y de sentido al aprendizaje. En consecuencia, los alumnos se sienten interesados y con ganas de trabajar de esta forma, y recuerdan más fácilmente y mejor los contenidos aprendidos con esta metodología.

Puntos débiles:
  • Niveles de autonomía. En cursos inferiores, los alumnos deben tener unas pautas muy marcadas, sobre todo teniendo en cuenta sus orígenes y condiciones de aprendizaje. Por ejemplo, alumnos de 1r curso de educación primaria seguramente no podrán ir al aula de informática de manera autónoma a buscar información en Internet sobre su pregunta, a no ser que se haga una formación previa. 
  • Desinterés. Los alumnos pueden llegar a estancarse con determinados temas, y el profesor debe estar atento a ciertas señales para poder finalizar el proyecto a tiempo sin caer en la desmotivación.
  • Adaptabilidad. El tema escogido debe ser alcanzable a las capacidades del alumnado. Por lo tanto, deberemos adaptar aquellos aspectos que veamos que nuestros alumnos no van a ser capaces de asumir, ya sea por su edad, momento escolar o motivaciones actuales. Si no se adapta correctamente el tema a los alumnos arriesgamos la viabilidad de éste.
  • Planificación. Es esencial avanzarse a los acontecimientos, y más todavía cuando se trata de trabajo por proyectos. Considero esencial una buena y rigurosa planificación y preparación de materiales, etc. para que el proyecto fluctúe como es debido. Si damos rienda suelta a la improvisación, lo único que obtendremos serán alumnos cansados, aburridos y sin directrices que seguir.

Mi visión es muy generalizada y hay muchos otros puntos a tener en cuenta, pero yo he considerado los aquí expuestos como importantes para mí y creo que algunos son básicos. Opino que nadie tiene la verdadera clave para realizar el trabajo por proyectos perfecto, pero sí considero que hay unas premisas y uans recomendaciones que se deberían seguir e imitar por tal de hacer lo más efectivos posible nuestros trabajos. Por suerte o por desgracia, mi experiencia se basa solo en la observación y todavía no he tenido la oportunidad de tutorar un proyecto por mí misma. De todas formas, un buen docente siempre reflexiona desde ambos lados: desde el observador y desde el hacedor. Por lo tanto, cuando haya realizado un proyecto podré autoevaluar mi visión inicial y reflexionar sobre mi tarea docente.

En mi próxima entrada hablaré en más profundidad sobre esta metodología (cómo estructura, ejemplos, etc.). por tal de dar una visión más objetiva sobre esta metodología. Realmente, me encuentro en una encrucijada entre si se debe o no se debe implantar esta metodología a nivel de escuela y prescindir de las asignaturas, los horarios y de los libros, como ya se ha hecho en algunas escuelas. Pero esta metodología no deja de ser un gran paso hacia la educación del siglo XXI, y debemos probar sin temor a equivocarnos.

Hasta entonces, en mi pupitre os espero.

Saludos y bienvenidos a mi blog.

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